martes, febrero 27, 2007

La estrella por Oscar Acosta.


Sobre mi pecho abatido por los golpes
está tu estrella tibia, dolorosamente azul,
diríase un cielo toda ella.
No quiebra el agua su perfecta dulzura,
su sencillez es transparente y tiene
el uniforme brillo de la lluvia alta.
Déjame este lucero, este cuerpo celeste
sembrando sobre mi pecho lleno de golpes,
estás ya tan humilde que tu nombre
se puede decir con respeto y con pequeñas
letras de amor, dios mío.

lunes, febrero 26, 2007

Nuevo rostro, por Octavio Paz.


La noche borra noches en tu rostro,
derrama aceites en tus secos párpados,
quema en tu frente el pensamiento
y atrás del pensamiento la memoria.

Entre las sombras que te anegan
otro rostro amanece.
Y siento que a mi lado
no eres tú la que duerme,
sino la niña aquella que fuiste
y que esperaba sólo que durmieras
para volver y conocerme.

sábado, febrero 24, 2007

Invisible.


Invisible
como la luz de la luna nueva
como la inmensidad de la punta de un alfiler
como un instante de polvo
como un silencio abreviado

Invisible
en el grito y en la sombra
en la palabra que no botaste
en el abrazo que no llegó
en tu egoismo
en tu ignorancia de mí

Invisible
hasta en mi misma
porque no me veo
cuando te veo a tí
porque me atrapas los ojos

y yo no estoy más ahí...

martes, febrero 20, 2007

Madrigal, por Nicanor Parra.



Yo me haré millonario una noche
gracias a un truco que me permitirá fijar las imágenes
en un espejo cóncavo. O convexo.

Me parece que el éxito será completo
cuando logre inventar un ataúd de doble fondo
que permita al cadáver asomarse a otro mundo.

Ya me he quemado bastante las pestañas
en esta absurda carrera de caballos
en que los jinetes son arrojados de sus cabalgaduras
y van a caer entre los espectadores.

Justo es, entonces, que trate de crear algo
que me permita vivir holgadamente
o que por lo menos me permita morir.

Estoy seguro de que mis piernas tiemblan,
sueño que se me caen los dientes
y que llego tarde a unos funerales.

viernes, febrero 16, 2007

Little by little, por Oasis.


We the people fight for our existence
We don´t claim to be perfect but we´re free
We dream our dreams alone with no resistance
Faded like the stars we wish to be

Y´know I didn´t mean... what I just said
But my God woke up on the wrong side of
His bed
And it just don´t matter now


Little by little we gave you everything you ever dreamed of
As little by little the wheels of your life have slowly fallen off
Little by little you have to live it all in all your life
And all the time I just ask myself why are you really here?


True perfection has to be imperfect
I know that that sounds foolish but it´s true
The day has come and now you´ll have to accept
The life inside your head we gave to you

Días y noches te he buscado, por Vicente Huidobro.


Días y noches te he buscado.
Sin encontrar el sitio en donde cantas.
Te he buscado por el tiempo arriba y por el
río abajo.
Te has perdido entre las lágrimas.

Noches y noches te he buscado
Sin encontrar el sitio en donde lloras
Porque yo sé que estás llorando.
Me basta con mirarme en un espejo
Para saber que estás llorando y me has llorado.

Sólo tú salvas el llanto
Y de mendigo oscuro
Lo haces rey coronado por tu mano.

jueves, febrero 15, 2007

Ahora si que tú y yo, por Enrique Lihn.


Ahora sí que tú y yo estamos más lejos uno del otro
que dos estrellas de diferentes galaxias.
Ningún astrónomo logrará tenernos juntos
en su vertiginoso campo visual
ni el fotógrafo de Cartagena ante su Polaroid
así fue hace la infinidad de siete años
el resto de las imágenes son nubes de la memoria
y de aquélla y de todas se ha retirado la vida.

Asunción de tí, por Mario Benedetti.


1
Quién hubiera creído que se hallaba
sola en el aire, oculta,
tu mirada.
Quién hubiera creído esa terrible
ocasión de nacer puesta al alcance
de mi suerte y mis ojos,
y que tú y yo iríamos, despojados
de todo bien, de todo mal, de todo,
a aherrojarnos en el mismo silencio,
a inclinarnos sobre la misma fuente
para vernos y vernos
mutuamente espiados en el fondo,
temblando desde el agua,
descubriendo, pretendiendo alcanzar
quién eras tú detrás de esa cortina,
quién era yo detrás de mí.
Y todavía no hemos visto nada.
Espero que alguien venga, inexorable,
siempre temo y espero,
y acabe por nombrarnos en un signo,
por situarnos en alguna estación
por dejarnos allí, como dos gritos
de asombro.
Pero nunca será. Tú no eres ésa,
yo no soy ése, ésos, los que fuimos
antes de ser nosotros.
Eras sí pero ahora
suenas un poco a mí.
Era sí pero ahora
vengo un poco de ti.
No demasiado, solamente un toque,
acaso un leve riesgo familiar,
pero que fuerce a todos a abarcarnos
a ti y a mí cuando nos piensen solos.


2
Hemos llegado al crepúsculo neutro
donde el día y la noche se funden y se igualan.
Nadie podrá olvidar este descanso.
Pasa sobre mis párpados el cielo fácil
dejarme los ojos vacíos de ciudad.
No pienses ahora en el tiempo de agujas,
en el tiempo de pobres desesperaciones.
Ahora sólo existe el anhelo desnudo,
el sol que se desprende de sus nubes de llanto,
tu rostro que se interna noche adentro
hasta sólo ser voz y rumor de sonrisa.


3
Puedes querer el alba
cuando ames.
Puedes
venir a reclamarte como eres.
He conservado intacto tu paisaje.
Lo dejaré en tus manos
cuando éstas lleguen, como siempre,
anunciándote.
Puedes
venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú.
Aunque mi voz te espere
sola en su azar
quemando
y tu sueño sea eso y mucho más.
Puedes amar el alba
cuando quieras.
Mi soledad ha aprendido a ostentarte.
Esta noche, otra noche
tú estarás
y volverá a gemir el tiempo giratorio
y los labios dirán
esta paz ahora, esta paz ahora.
Ahora puede venir a reclamarte,
penetrar en tus sábanas de alegre angustia,
reconocer tu tibio corazón sin excusas,
los cuadros persuadidos,
saberte aquí.
Habrá para vivir cualquier huida
y el momento de la espuma y el sol
que aquí permanecieron.
Habrá para aprender otra piedad
y el momento del sueño y el amor
que aquí permanecieron.
Esta noche, otra noche tú estarás,
tibia estarás al alcance de mis ojos,
lejos ya de la ausencia que no nos pertenece.
He conservado intacto tu paisaje
pero no sé hasta dónde esté intacto sin ti,
sin que tú le prometas horizontes de niebla,
sin que tú le reclames su ventana de arena.
Puedes querer el alba cuando ames.
Debes venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú,
aunque contigo traigas
dolor y otros milagros.
Aunque seas otro rostro de tu cielo hasta mí.

domingo, febrero 04, 2007

Amor, cuántos caminos, por Pablo Neruda.


Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso,
qué soledad errante hasta tu compañía!
Siguen los trenes solos rodando con la lluvia.
En Taltal no amanece aún la primavera.

Pero tú y yo, amor mío, estamos juntos,
juntos desde la ropa a las raíces,
juntos de otoño, de agua, de caderas,
hasta ser sólo tú, sólo yo juntos.

Pensar que costó tantas piedras que lleva el río,
la desembocadura del agua de Boroa,
pensar que separados por trenes y naciones

tú y yo teníamos que simplemente amarnos,
con todos confundidos, con hombres y mujeres,
con la tierra que implanta y educa los claveles.

sábado, febrero 03, 2007

Veinte mariposas, por Ana Torroja.


Cambió de escena y de guión,
guardó el libreto en un cajón,
y en la ventana se sentó a mirar la luna,
en su copa una aceituna.

Nuevo shampoo, nueva ciudad
para una nueva soledad
su corazón sobrevolaba los tejados
la vida es un juego de dados

Ni una historia ni un final todo el resto daba igual...

Y ahora tiene una hoja en blanco
Espera una canción
y veinte mariposas en el corazón

De la tormenta guardará
algo de frío y humedad
y el eco de unos pasos que ahora sueñan lejos
del otro lado del espejo.

Puso el alma a sonreír y las alas a batir...

Y ahora tiene una hoja en blanco
Espera una canción
y veinte mariposas en el corazón...