jueves, octubre 12, 2006

Mucho más grave, por Mario Benedetti.


Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo
y eso en verdad no es nada extraordinario
vos lo sabés tan objetivamente como yo.


Sin embargo hay algo que quisiera aclararte
cuando digo todas las parcelas
no me refiero sólo a esto de ahora
a esto de esperarte y aleluya encontrarte
y carajo perderte
y volver a encontrar
y ojalá nada más.


No me refiero sólo a que de pronto digas
voy a llorar
y yo con un discreto nudo en la garganta:
bueno llorá
y que un lindo aguacero invisible nos ampare
y quizá por eso salga enseguida el sol.


Ni me refiero sólo a que día tras día
aumente el stock de nuestras pequeñas
y decisivas complicidades
o que yo pueda o creerme que puedo
convertir mis reveses en victorias
o me hagas el tierno regalo
de tu más reciente desesperación.


No
la cosa es muchísimo más grave
cuando digo todas la parcelas
quiero decir que además de ese dulce cataclismo
también estas rescribiendo mi infancia
esa edad en que uno dice cosas adultas y solemnes
y los solemnes adultos las celebran
y vos en cambio sabés que eso no sirve


quiero decir que estás rearmando mi adolescencia
ese tiempo en que fui un viejo cargado de recelos
y vos sabés en cambio extraer de ese páramo
mi germen de alegría y regalarlo mirándolo


quiero decir que estás sucumbiendo mi juventud
ese cántaro que nadie tomó nunca en sus manos
esa sombra que nadie arrimó a su sombra
y vos en cambio sabés estremecerla
hasta que empiecen a caer las hojas secas
y quede la armazón de mi verdad sin proezas


quiero decir que estás abrazando mi madurez
esta mezcla de estupor y experiencia
este extraño confín de angustia y nieve
esta bujía que ilumina la muerte
este precipicio de la pobre vida.


Como ves es más grave
muchísimo más grave
porque con éstas o con otras palabras
quiero decir que no sos tan sólo
la querida muchacha que sos
sino también las espléndidas
o cautelosas mujeres
que quise o quiero
porque gracias a vos he descubierto
(dirás ya era hora

y con razón)
que el amor es una bahía linda y generosa
que se ilumina y se oscurece
según venga la vida
una bahía donde los barcos
llegan y se van
llegan con pájaros y augurios
y se van con sirenas y nubarrones.


Una bahía linda y generosa
donde los barcos llegan
y se van
pero vos
por favor no te vayas

2 comentarios:

Hipólipo de Siracusa dijo...

Me gusta mucho este poema. Y como a muchas otras cosas, llegué a él gracias a ti... Me recuerda un poema que yo lo recuerdo máso menos así (con agregados míos claro) Tú estabas en el alma de todas las cosas... Y ahora que ya no estás a mi lado, todos esos lugares especiales se han vuelto vacíos y banales como luces encendidas en el día.

Como escribe Benedetti, yo te he transformado, pero también tú me has transformado mucho. Se trata de una transformación que reinventa, que reescribe toda mi historia. Definitivamente, mi encuentro contigo marca un antes y un después...

Muchos besos...

Fernando.

Patita dijo...

Si, claro que marca, pues no es posible mirar a tus ojos sin sentir que toda la vida pasó en un segundo... y después de eso, necesitar un abrazo tuyo hasta el infinito...