sábado, octubre 14, 2006

La calle, por Octavio Paz.



Es una calle larga y silenciosa.
Ando en tinieblas y tropiezo y caigo
y me levanto y piso con pies ciegos
las piedras mudas y las hojas secas
y alguien detrás de mí también las pisa:
si me detengo, se detiene;
si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.
Todo está oscuro y sin salida,
y doy vueltas y vueltas en esquinas
que dan siempre a la calle
donde nadie me espera ni me sigue,
donde yo sigo a un hombre que tropieza
y se levanta y dice al verme: nadie.

3 comentarios:

Hipólipo de Siracusa dijo...

Esto me recuerda a una canción que habla de loco que es el mundo, con gente corriendo en círculos. "Ves y no te ves vivir" le gritaron a Altazor, ¿a quién ves cuando te das vuelta después de haberte tropezado? Qué angustioso es caminar a ciegas, a tientas, con la esperanza débil, como una estrella diurna, de encontrar el camino hacia algún lugar, más especifícamente, un lugar donde las cosas tengan sentido, propósito...

¿De donde proviene la oscuridad? ¿De uno mismo? ¿De otros? ¿De afuera? ¿De dónde proviene la luz?

Muchos besos.

Tuyo,

F.

Hipólipo de Siracusa dijo...

Me gusta mucho esta foto, nunca había visto esa figura. Bueno, nunca había recorrido el cerro concepción, asi que difícil que eso hubiera ocurrido...

Patita dijo...

Buenas preguntas, bien poéticas, bien cargadas...

Me gustó el poema porque solía recordarme mi fobia de subir la esclaera con la luz apagada, como si alguien fuera a tomar mi pie desde abajo y pensaba que me arrastraría...

Gracias por el post!

Y si, la foto parecía la de un bufón que habñia habitado allí y que se le fue el alma y se secó... o sea, al menos eso me imaginé yo.

Besos por mil, te amo mucho!