domingo, octubre 22, 2006


Vamos a volar en mis praderas floridas,
que nuestro amor nos dé brisas verdaderas y cálidas
para emprender un vuelo que sea nuestro...
Quisiera aprehender tu voz gloriosa, tu majestad tan ajena a este mundo,
tu cuerpo ansío pulir con mis manos, al ritmo de un vals...

Miserables horas las que no pienso en tí,
perdidas en el tiempo de mi memoria
las migajas de pasado que no puedo olvidar...
Ya no me hacen daño,
has venido a salvarme,
me estás elevando en un vuelo sutil y constante,
mágico y porfiado,
sereno...

Quiero aferrarme a tí para no sentir miedo en mis rodillas.
Que mi corazón no lata nunca más tan fuerte,
sin que la causa seas tú...
Mis zapatos caminan solos a tu encuentro...
Crecen margaritas a tus pies, y mi primavera nace en tus brazos.

Mi deseo eres tú, y últimamente te has llevado todos mis crepúsculos...
Yo me he sentado en tus rodillas para sentir éxtasis y deseo...
Lamento las horas rotas, que a nada conducen,
que a nadie llevan...
Mi universo tiene un solo sol,
que tiene tu nombre.
Mis estrellas están mirándote absortas, mudas, inquietas.

Un corazón late desde dentro de mi pecho,
porque sé que vas a venir,
salvador, glorioso, majestuoso como siempre,
hermoso como la mañana que se abre cuando tus ojos separan pestañas...

Hermoso como el día en que naciste al mundo,
o como cuándo entraste en mi...
(P)

5 comentarios:

ananda dijo...

Maravilloso Patita..me conmovió tremendamente...q bello q escribiste eso.
Te mando un abrazo cariñoso.
Espero estés bien.

Patita dijo...

Nan! Muchas gracias... este lo tenía guardado de hace rato. La foto es de mi hermano, tengo que decirlo... Las demás casi todas mías. Ya sabes, si quieres un poema me avisas y lo ponemos por aquí. Saludos, un abrazo grande, te quiero mucho... Gracias por pasar!

Anónimo dijo...

Este poema me gusta muchísimo, no sólo es bello, sino que me toca profundamente. Me conmueve y hasta podría decir que tiene algo de texto sagrado en el lenguaje que usaste.

Hay muchas partes que me gustan de este poema, como: "Lamento las horas rotas, que a nada conducen,
que a nadie llevan...". Yo también he experimentado eso, y ambos sabemos que es cierto que a nada conducen.

Admiro la honestidad con la que escribes. Casi como haciendo confesiones al oído. Tal vez como confesiones hechas en la mesa de algún café, al lado de una ventana que da a una calle tranquila y a un cielo cálido.

Ay como te amo, Ay de las formas de amar que vamos a inventar... "Queréme así, piantao, piantao, piantao, no vez que va la Luna, rodando por Callao (...)Volá, ventí, cantá!!!"

TAMJD

Anónimo dijo...

PD.: Somos tres: tú, yo y un nosotros. Somos dos universos y dos soles, y dos galaxias. Somos uno, en última instancia, somos UNO.

Patita dijo...

Gracias por aparecer en mi vida, por dar lugar a que fluyan desde mi hacia afuera todas estas palabras. Y porque hay proyectos como este, que para mi eran importantes y tú estabas ahí para decirme que era posible...

Gracias...
Mil besos!